miércoles, 30 de noviembre de 2011
Manual d´amore
martes, 29 de noviembre de 2011
El Fantasma de la Ópera
viernes, 25 de noviembre de 2011
Las ilusiones perdidas.
Un cuento real, tal vez la vida misma.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Hola y adiós
El ansia nos estaba martirizando. Queríamos conocernos. Sólo nos habíamos "visto" en fotos, Chat, correo electrónico y facebook.
martes, 22 de noviembre de 2011
Pleito a la luz
He aquí que un día la oscuridad se percató de que la luz cada vez le estaba robando mayor espacio y decidió entonces ponerle un pleito. Tiempo después, llegó el día marcado para el juicio. La luz se personó en la sala antes de que lo hiciera la oscuridad.
Llegaron los respectivos abogados y el juez. Transcurrió el tiempo, pero la oscuridad no se presentaba. Todos esperaron pacientemente, pero la oscuridad no aparecía. Finalmente, harto el juez y constatando que la parte demandante no acudía, falló a favor de la luz. ¿Qué había sucedido? ¿Cómo era posible que la oscuridad hubiera puesto un pleito y no se hubiera presentado? Nadie salía de su asombro, aunque la explicación era sencilla: la oscuridad estaba fuera de la sala, pero no se atrevió a entrar porque sabía que sería en el acto disipada por la luz.
*El Maestro dice: La luz es consciencia y sabiduría, en tanto que la oscuridad es ofuscación y estrechez de miras. Si te estableces en la sabiduría, ¿hay lugar para la ofuscación?
lunes, 21 de noviembre de 2011
Balada de otoño
Pasa los días sentada detrás de la ventana, viendo a la gente pasar. No sale, no la visitan, sólo sus hijos. Triste, melancólica, recuerda otros tiempos en los era joven. Ahora anciana, se da cuenta de lo que ha dejado pasar, o no, ya no importa.
domingo, 20 de noviembre de 2011
Cómo llenarte soledad
Cómo llenarte, soledad, sino contigo misma... De niño, entre las pobres guaridas de la tierra, quieto en ángulo oscuro, buscaba en ti, encendida guirnalda, mis auroras futuras y furtivos nocturnos, y en ti los vislumbraba, naturales y exactos, también libres y fieles, a semejanza mía, a semejanza tuya, eterna soledad. Me perdí luego por la tierra injusta como quien busca amigos o ignorados amantes; diverso con el mundo, fui luz serena y anhelo desbocado, y en la lluvia sombría o en el sol evidente quería una verdad que a ti te traicionase, olvidando en mi afán cómo las alas fugitivas su propia nube crean. Y al velarse a mis ojos con nubes sobre nubes de otoño desbordado la luz de aquellos días en ti misma entrevistos, te negué por bien poco; por menudos amores ni ciertos ni fingidos, por quietas amistades de sillón y de gesto, por un nombre de reducida cola en un mundo fantasma, por los viejos placeres prohibidos como los permitidos nauseabundos, útiles solamente para el elegante salón susurrado, en bocas de mentira y palabras de hielo. Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona que yo fui, que yo mismo manché con aquellas juveniles traiciones; por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos, limpios de otro deseo, el sol, mi dios, la noche rumorosa, la lluvia, intimidad de siempre, el bosque y su alentar pagano, el mar, el mar como su nombre hermoso; y sobre todo ellos, cuerpo oscuro y esbelto, te encuentro a ti, tú, soledad tan mía, y tú me das fuerza y debilidad como el ave cansada los brazos de la piedra. Acodado al balcón miro insaciable el oleaje, oigo sus oscuras imprecaciones, contemplo sus blancas caricias; y erguido desde cuna vigilante soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los hombres, por quienes vivo, aún cuando no los vea; y así, lejos de ellos, ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres, roncas y violentas como el mar, mi morada, puras ante la espera de una revolución ardiente o rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo cuando toca la hora de reposo que su fuerza conquista. Tú, verdad solitaria, transparente pasión, mi soledad de siempre, eres inmenso abrazo; el sol, el mar, la oscuridad, la estepa, el hombre y su deseo, la airada muchedumbre, ¿qué son sino tú misma? Por ti, mi soledad, los busqué un día; en ti, mi soledad, los amo ahora.
sábado, 19 de noviembre de 2011
La vida sigue
Se sentó en la silla, mirando por la ventana. Oía el tic-tac del reloj de cuco colgado sobre la pared lateral. Pensaba que nunca volvería a verlo. Triste, muy triste comenzó a llorar. Esperanza rota, sueños destrozados. Cuando daba el más hondo suspiro la puerta se abrió y apareció. No pudo controlar su grito de alegría.
jueves, 17 de noviembre de 2011
Techo de cristal
miércoles, 16 de noviembre de 2011
martes, 15 de noviembre de 2011
sábado, 12 de noviembre de 2011
Lágrimas
Todavía lloramos. Y qué bueno que así sea. Las lágrimas rara vez hacen mal. Son siempre una catarsis, una liberación, una forma de decir que nadie es auto-suficiente.
En esta confesión de franqueza humana se esconde un acto de humildad de quien reconoce que llegó a una encrucijada.
Y, cuando esto hiere demasiado, los ojos dicen lo que la boca no consigue pronunciar. Hay lágrimas de dolor, lágrimas de amor, lágrimas de alegría incontenible, lágrimas de tristeza, lágrimas silenciosas de paz y de ternura lágrimas de gratitud por un elogio realizado en el momento preciso, lágrimas de esperanza, lágrimas de inocencia.
Pero también hay lágrimas de vergüenza, de necedad, de desafío, de chantaje, de egoísmo por no haber conseguido lo que se quería.
Hay quien llora por cualquier cosa y hay quien tiene vergüenza de llorar, cuando llorar era la única cosa decente que podía hacerse.
Es muy probable que existan cosas mucho más bonitas que una persona llorando en paz. Pero, después de las siete maravillas del mundo, muy bien se podría proponer la que sigue como la octava:
Un monumento a la persona que todavía llora por amor y que además no tiene vergüenza de mostrar que dentro de ella habita un sentimiento noble.
De las cosas más bonitas que conozco, una de ellas es la sonrisa de una persona …y otra, la lágrima silenciosa de alguien que desea comenzar de nuevo…
Autor desconocido
viernes, 11 de noviembre de 2011
miércoles, 9 de noviembre de 2011
En mi verso soy libre
Os presento este libro compuesto por relatos presentados en el IV Certamen Nacional de Relatos "En mi verso soy libre", organizado por la Consejería de Educación, Formación y Empleo a través de la Dirección General de Promoción, Ordenación e Innovación Educativa, dirigido al alumnado de las distintas Aulas Hospitalarias y de Apoyo Domiciliario de nuestros país. Creo que merece la pena leerlo, para ver de lo que son capaces los pequeños y no tan pequeños ingresados, prisioneros de una enfermedad, para darnos cuenta de lo que tenemos cuando no la tenemos.
domingo, 6 de noviembre de 2011
Paciencia
Por muy oscuro que esté, tengo la certeza de que volverá a brillar la luz.
Acepto lo que no puedo cambiar. Ya se trate de mí mismo, de otras personas o de las circunstancias, sé que necesito armarme de paciencia. La situación puede prolongarse.
La solución que yo adopte no tiene que ser la tuya. Elijo la que me libera de mis propias expectativas y de las expectativas de los demás, de todas las ideas preconcebidas acerca de cómo deberían ser idealmente las cosas.
Me permito sentir ira y tristeza o tener miedo. Pero no estoy a merced de mis sentimientos. Les doy espacio y decido cuándo es hora de pasar a otros pensamientos y cambiar el estado de ánimo.
Asumo la responsabilidad sobre mí mismo. Nadie más determina qué es lo que yo pienso, siento y hago. Soy yo quien configura mi propia vida.
No estoy solo. Si no me obstino en esperar o en estar dispuesto a recibir ayuda de ciertas personas, permanezco abierto a ofertas inapropiadas. Poder introducir una diferencia positiva en la vida de otras personas me fortalece a mí mismo.
Sea cual sea lo que deje a mis espaldas y con independencia de lo importante que pueda ser, tengo un futuro para el que pueda prepararme interiormente. Mis expectativas determinan de algún modo lo que esté por venir.
Todo lo que he vivido es mi capital, le pertenece a mi persona y a mi vida, No repetiría voluntariamente todas las experiencias, pero tampoco quisiera prescindir de ellas, porque sin ellas yo sería otra persona. Lo que soy y la manera en que puedo cambiar está íntimamente relacionado con lo que fui (y con lo que fue).
M. Gruhl, “El arte de rehacerse: la resiliencia
“