Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa

lunes, 28 de febrero de 2011

Sueños

A veces puedo ver mi cuerpo flotar
como una balsa en el mar.
No tengo dirección no se donde voy
solo me dejo llevar

Ahora soy feliz porque me perdi
y no me quiero encontrar
Que buena sensación lejos del dolor
nada me puede importar

No me preguntés mas
No te puedo guiar
Yo solo me dejó llevar.





domingo, 27 de febrero de 2011

El encargo de Rita


El día de los encargos era uno de los más esperados por todos los niños en clase. Se celebraba durante la primera semana del curso, y ese día cada niño y cada niña recibía un encargo del que debía hacerse responsable durante ese año. Como con todas las cosas, había encargos más o menos interesantes, y los niños se hacían ilusiones con recibir uno de los mejores. A la hora de repartirlos, la maestra tenía muy en cuenta quiénes habían sido los alumnos más responsables del año anterior, y éstos eran los que con más ilusión esperaban aquel día. Y entre ellos destacaba Rita, una niña amable y tranquila, que el año anterior había cumplido a la perfección cuanto la maestra le había encomendado. Todos sabían que era la favorita para recibir el gran encargo: cuidar del perro de la clase.

Pero aquel año, la sorpresa fue mayúscula. Cada uno recibió alguno de los encargos habituales, como preparar los libros o la radio para las clases, avisar de la hora, limpiar la pizarra o cuidar alguna de las mascotas. Pero el encargo de Rita fue muy diferente: una cajita con arena y una hormiga. Y aunque la profesora insistió muchísimo en que era una hormiga muy especial, Rita no dejó de sentirse desilusionada.
La mayoría de sus compañeros lo sintió mucho por ella, y le compadecían y comentaban con ella la injusticia de aquella asignación. Incluso su propio padre se enfadó muchísimo con la profesora, y animó a Rita a no hacer caso de la insignificante mascotilla en señal de protesta. Pero Rita, que quería mucho a su profesora, prefería mostrarle su error haciendo algo especial con aquel encargo tan poco interesante:

- Convertiré este pequeño encargo en algo grande -decía Rita.

Así que Rita investigó sobre su hormiga: aprendió sobre las distintas especies y estudió todo lo referente a sus hábitat y costumbres, y adaptó su pequeña cajita para que fuera perfecta. Cuidaba con mimo toda la comida que le daba, y realmente la hormiga llegó a crecer bastante más de lo que ninguno hubiera esperado...

Un día de primavera, mientras estaban en el aula, se abrió la puerta y apareció un señor con aspecto de ser alguien importante. La profesora interrumpió la clase con gran alegría y dijo:

- Este es el doctor Martínez. Ha venido a contarnos una noticia estupenda ¿verdad?
- Efectivamente. Hoy se han publicado los resultados del concurso, y esta clase ha sido seleccionada para acompañarme este verano a un viaje por la selva tropical, donde investigaremos todo tipo de insectos. De entre todas las escuelas de la región, sin duda es aquí donde mejor habéis sabido cuidar la delicada hormiga gigante que se os encomendó. ¡Felicidades! ¡Seréis unos ayudantes estupendos!.

Ese día todo fue fiesta y alegría en el colegio: todos felicitaban a la maestra por su idea de apuntarles al concurso, y a Rita por haber sido tan paciente y responsable. Muchos aprendieron que para recibir las tareas más importantes, hay que saber ser responsable con las más pequeñas, pero sin duda la que más disfrutó fue Rita, quien repetía para sus adentros "convertiré ese pequeño encargo en algo grande" .


Autor.. Pedro Pablo Sacristan

martes, 22 de febrero de 2011


"Mucha gente se hace una idea equivocada sobre la verdadera felicidad. No se consigue satisfaciendo los propios deseos, sino siendo fieles a un cometido que merezca la pena." (Helen Keller)

sábado, 19 de febrero de 2011

El tiovivo.


"No se llegará a comprender la naturaleza humana hasta que se sepa porque un niño montado en un tiovivo saluda a sus padres en cada vuelta y porque sus padres le devuelven siempre el saludo." (William D. Tammeus)
¿Hay quien lo pueda explicar?

miércoles, 16 de febrero de 2011

La verdadera historia del Ratoncito Pérez


¡Madre mía! ¡Qué sorpresa! Paseaba por la calle Arenal, junto a la Puerta del Sol, en Madrid cuándo veo en una fachada estos dos carteles. Cuántos regalitos ha dejado el ratón Pérez a mis hijos estando yo ignorante de esta historia, aunque...¡ nunca es tarde!
El Ratón Pérez de Luis Coloma se publicó por primera vez en 1902, y fue un regalo del autor al niño Rey Alfonso XIII. El padre Coloma era su profesor y a través de cuentos como éste, le guiaba.
"Hace mucho tiempo, en Madrid vivía un Rey. Era un Rey pequeño y se llamaba Buby I. Ser Rey es una cosa bastante complicada, pero él lo hacía muy bien. Hacía leyes justas, se preocupaba por todo lo que pasaba en su reino y no se metía en guerras. Para en las cosas complicadas del
reinar, su madre le echaba una manita.
El Rey tenía poco más de seis años cuando, cenando notó que un diente se le movía y se le movía mucho.
Que a un niño se le mueva un diente es algo normal, queda en casa. Pero que se le mueva un diente a un rey, es un acontecimiento “realmente” importante.
Por eso enseguida se congregaron en la puerta del comedor los médicos reales, algunos ministros, el ayudante de cámara y más gente de cuyos rangos no me acuerdo ahora.



Todos estaban muy nerviosos.
Dijo la Reina: ¡Que no entren todavía, que no se ha terminado el filete!
Las reinas, excepto las de las barajas, son madres también, y saben lo
importante que es la cena, masticar bien la carne, las frutas, la verdura… y
saben que los niños a veces intentan cualquier excusa para levantarse antes de
terminar.
Hasta que no te termines… pero Buby la interrumpió: Me dueleeeeeeee
Con mucho cuidado tocó la reina un incisivo del Rey y pudo comprobar que
decía la verdad. Hizo sonar una campanilla, entró al oírla su ayudante y le
dijo la reina muy seria: que se lleven este filete y traigan un doctor..." Mas

lunes, 7 de febrero de 2011

Mujeres lectoras...


¡Chicas a los libros!

Al hilo de un vídeo que realice hace algún tiempo con imágenes de mujeres leyendo he querido retomar el tema complementándolo con la entrada que una amiga ha hecho en su blog (Déjame que te cuente) con el título "La mujeres que leen son peligrosas" y que viene de perlas.
Parafraseando a Vargas Llosa " Nada enriquece tanto los sentidos, la sensibilidad, los deseos humanos, como la lectura. Estoy completamente convencido de que una persona que lee y que lee bien, disfruta muchísimo mejor de la vida, aunque también es una persona que tiene muchos más problemas frente al mundo" Tal vez el conocimiento no es bienvenido en determinados sectores, ya que supone que se puede pensar y pensando es más difícil manipular.
Lecturas, Mujeres, Historia y Arte
Gracias Fire por prestármelo. Invito a que leáis toda la entrada en su blog, merece la pena.


domingo, 6 de febrero de 2011

Hava naguila



100 AÑOS DE HAVA NAGUILA

¿Sabíais que el Hava Naguila, la canción judía más famosa, cumple 100 años?

Hava Nagila es la canción judía más famosa del mundo. En una academia rabínica de Jerusalén, hace unos 100 años, un maestro tarareó una melodía jasídica y les dio a los niños la tarea de escribir un verso que se adaptase a la melodía. Moshé Nathanson, de 12 años, ganó el concurso con su poema Hava Nagila. El niño se inspiró en el Salmo 118, versículo 24, "Zeh hayom asah Adonai; nagila ve nismeja bo," -"Éste es el día que hizo el señor, gozémonos y alegrémonos en Él".
Nathanson emigró a los Estados Unidos, donde durante 46 años fue jazan (cantor)
en la sinagoga del Rabino Mordejai Kaplan, fundador del Movimiento Reconstruccionista.
Se retiró a fines de la década de los 60 y murió unos 15 años más tarde.
Su canción, 'Hava Naguila', es sin duda, la más famosa canción judía,
conocida por judíos y no judíos, cantada por cantantes tan famosos como
Harry Belafonte, Bob Dylan, Connie Francis y Richard Tucker.

Hava naguila, hava naguila (Regocijémonos ).
Hava naguila venismeja (Alegrémonos).
Hava neranena, hava neranena(cantemos)
Uru, uru, ajim (despierten hermanos)
Uru, uru ajim (despierten hermanos)
Uru ajim belev sameaj (despierten con el corazón alegre)

Disfrutad de este vídeo.
Cuánto más tiempo pasa mas añoro volver a Jerusalem. Recuerdos, hechos, lugares, situaciones, gentes, el mejor viaje que ha hecho. Si no lo habéis hecho todavía pasear por el blog de impresiones de un viaje a Tierra Santa, no os defraudará y lo tenéis aquí mismo a la derecha.
Esta información me la ha proporcionado mi AMIGO Jose Antonio. Gracias Pepe y un besico.

sábado, 5 de febrero de 2011

Abre los ojos y ¡¡mirate!!

EL ANILLO

Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto.¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?'

El maestro sin mirarlo, le dijo:
Cuanto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después. Y haciendo una pausa agregó:
Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
Encantado, maestro titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado, y sus necesidades postergadas.
Bien asintió el maestro.
Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y dándoselo al muchacho, agregó: toma el caballo que está allá afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda.
Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes.
Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.
Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.
En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado, más de cien personas, y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.
Cuanto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro, podría entonces habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.
Entró en la habitación. Maestro dijo lo siento, no pude conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
Qué importante lo que dijiste, joven amigo contestó sonriente el maestro.

Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregunta cuánto te da por él, pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas.

Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
58 MONEDAS !!!!!!!!!!!!!!!!! Exclamó el joven
Si -replicó el joyero- yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... si la venta es urgente...
El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.
Siéntate dijo el maestro después de escucharlo.
Tú eres como este anillo: una joya valiosa y única.
Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto.
¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño.

Cuándo leas esto, piensa en tí misma como este maravilloso anillo que tú eres. Sólo tienes que abrir los ojos y verte. Dedicado exclusivamente para tí. para que sepas que vales mucho, sólo tiene que creértelo Isa.

jueves, 3 de febrero de 2011

¡Que no se pierda el corcho!


Había una vez una escuela y en la escuela una maestra y unos niños alborotados, en esto llegó el inspector. A éste le sorprendió ver a la maestra escondida detrás de su mesa y le preguntó:
- ¿Algún problema?”
- “Estoy abrumada señor, no se qué hacer con estos chicos... No tengo láminas, la Consejería no me manda material didáctico, no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles...”
El inspector, que era un docente de alma, vio un corcho en el desordenado escritorio. Lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:
- “¿Qué es esto?”
- “Un corcho señor...”, gritaron los alumnos sorprendidos.
- “Bien, ¿De dónde sale el corcho?”
- “De la botella señor. Lo coloca una máquina.., del alcornoque, de un árbol .... de la madera...”,respondían animosos los niños.
- “¿Y qué se puede hacer con madera?”, continuaba entusiasta el inspector.
- “Sillas..., una mesa..., un barco...”
- “Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito? Escriban a qué comunidad pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto más cercano? ¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que naciera allí? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar?...”, y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión…
La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida:
- “Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas gracias.”
Pasó el tiempo. El inspector volvió a la escuela y buscó a la maestra. Estaba acurrucada detrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden...
- “Señorita... ¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?”
- “Sí señor, ¡cómo olvidarme! Qué suerte que regresó. No encuentro el corcho. ¿Dónde lo dejó?”