Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa

lunes, 1 de noviembre de 2010

Turandot


La mayoría de nuestros deseos los conseguimos con la sabiduría del corazón y no con la necedad de la violencia.

Es este un relato que se asemeja mucho a la bella historia de Turandot, ópera en tres actos con música de Giacomo Puccini y libreto de Giuseppe Adami y Renato Simoni. La ópera, inconclusa por la muerte de Puccini, fue completada por Franco Alfano y estrenada el 25 de abril de 1926 en La Scala de Milán.

"En la China imperial reinaba un emperador que estaba desesperado porque su única hija, llamada Turandot, era fría, caprichosa, despiadada y, encima, no quería casarse. El emperador, harto de esta situación, le dio un ultimátum: "O te casas o te echo del palacio sin contemplaciones". La princesa aceptó, pero puso una condición: los pretendientes se someterían a una prueba, y si no la superaban, ella misma les cortaría la cabeza. Al cabo de los días, las cabezas de los pretendientes se amontonaban en el palacio, y la princesa ardía de satisfacción.
Pero se presentó un apuesto guerrero para afrontar el reto. La princesa le propuso un acertijo: "Lo mata todo, pero el agua lo mata"? "¡El fuego!", contestó el joven.
La princesa propuso una segunda adivinanza: "Soy duro como una roca, pero la gente me bebe"? El joven contestó: "¡El hielo!".
Y llegó el momento del último acertijo: "Es un hielo que te da fuego, y cuanto más fuego te da, más hielo se vuelve"? El joven pensaba sin encontrar respuesta, pero al ver a la fría princesa sintió tal ardor en su corazón que exclamó ¡Turandot! plenamente seguro. Y la princesa no tuvo más remedio que caer rendida a sus brazos".

Dejo "Nessun dorma" con Plácido Domingo. De una belleza impresionante, ¡¡Escúchalo!!

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