Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa

miércoles, 12 de mayo de 2010

Manual para señoras.


La música: Perfume de mujer de Astor Piazzolla


El cuadro, está claro, de Sorolla (imágenes, wikipedia)
No hace mucho me regalaron mis hijos un libro muy curioso. El título: "Manual para las señoras, o el arte del tocador" Por Madama Celnart. Barcelona. Librería de M. Saurí y compañía. 1830.
Forma parte de una colección de manuales que forman una enciclopedia, consagrados al tocador y a la conservación de la belleza, por supuesto femenina. El librito no tiene desperdicio. Si podéis lo leéis. Transcribo un trocito del capítulo V. De los perfumes.
"Se debe ir con mucho tiento y parsimonia en el uso de los perfumes. La persona delicada deberá abstenerse de ellos absolutamente. La palidez, la falta de carnes, las orejas, el abatimiento y los calofrios nerviosos son los frutos ordinarios del empleo escesivo de los olores en las personas cuyos nervios son más o menos delicados. Al fin ellas van sufriendo todos esos males con sucesivo menoscabo y sin beneficio alguno, porqu según la espresión pintoresca de la Reyna María Leccinska: los perfumes son como las grandezas o títulos que los que los llevan lo sienten apenas.
Lejos de ser los perfumes, u olores demasiado fuertes, un motivo para agradar, dan lugar a que mucha gente se aparte de nosotras. Cuántas persona he visto ya huir del lado de una señora cargada de ámbar o almizcle, como de una epidemiada..."
Curiosidades , perfume en el XIX

Curiosos consejos, pero hay que tener presente las costumbres de la época. Hasta comienzos del siglo XIX, el perfume se utilizaba para vencer el hedor y la pestilencia reinantes. Los nobles demostraban su delicadeza poniéndose un pañuelo perfumado bajo la nariz, comprando guantes curtidos en Grasse, perfumados según receta autóctona.
La idea de bañarse fue una aportación de los pueblos primitivos y paganos y fue acogida con suspicacia por los pueblos civilizados.
En la corte de Versalles, las damas de alta alcurnia llevaban cosidas al bajo de sus vestidos, pedazos de carne cruda para que las pulgas, las chinches y los piojos acudieran allí en busca de sangre. Os imagináis
En el siglo XVIII la extravagante y ostentosa reina de Francia, Maria Antonieta, fue la primera en importar de Inglaterra a la corte francesa la idea de una piel fresca y de buen aroma.
Según la historiadora de perfumes, Elizabeth de Feydeau, Maria Antonieta escandalizó a sus damas de compañía al adoptar el hábito inglés de bañarse todos los días. Le ordenó a su fabricante de perfumes crear sales aromáticas que volvieran opaca el agua, en aras de la modestia, para bañarse a la vista de sus cortesanos.
Fue la primera mujer en Francia en usar el perfume no para encubrir un mal olor, sino por razones sensuales, para atraer y excitar.
No es de extrañar que los campesinos le cortasen la cabeza en un arranque de furia revolucionaria.

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