Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa

jueves, 29 de julio de 2010

Musicamágica.


Es cierto que la música tiene algo de magia incomprensible. Surge, te envuelve, te acompaña, te hace recordar, te hace olvidar. Una vida sin música es una vida sin magia. La música es el arte de las musas, capaces de inspirar toda clase de poesía, así como de narrar a un tiempo el presente, el pasado e incluso el futuro, dadas sus virtudes proféticas se desvincula apasionadamente de lo material para convertirse en algo etéreo, inexistente hasta que no se produce y gestor de los sentimientos más profundos . Hay quien dice que la música es como el primer amor, se lleva siempre en el corazón,te asalta, te conquista. No entiende de edades, razas, sexos, nacionalidades… Si bien la música "mueve los afectos" el amor hace exactamente lo mismo. Por ello, tanto el amor como la música pueden tener en nosotros un mismo efecto. Todos tenemos una “banda sonora” de la película de nuestra vida. Canciones, melodías, que nos marcaron y que siguen ahí, en un rinconcito de nuestros cerebros y de nuestras almas. Nuestros sentimientos más poderosos, la alegría, la pena, el amor, el dolor…, los expresamos cantando, llorando, produciendo sonidos con nuestras manos, con nuestros pies, con nuestras bocas, con nuestros cuerpos, con nuestra alma… Gracias a ella recordamos momentos mágicos que a veces los creíamos olvidados.
Esta noche, quiero arropar tu alma, para que el frío no llegue a tu cuerpo, y tu miedo salga volando por la ventana.
Dejo este fragmento de Yanira Soundy "Sílabas celestes"
SUS CELOS:

...Quiero que tomes las puntitas de tu falda y toques tu piano, bailando al son de tu música interior, esa música inventada en la eternidad de nuestros sueños, esa música que nace de este amor que es quietud de cielo y tempestad de mar abierto.
Mueve tus labios y vuelve a decirme "mamá" con voz delgada. Para que yo pueda contarle a las estrellas de tus versos y de los libros que tanto coloreaste .
Esta noche voy a enseñarte a atrapar la sombra de las nubes, para ahuyentar el monstruo de los celos a un bosque lejano y espeso, de donde no regrese nunca más...

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