En las ocasiones en las que hemos estado en camping, en donde generalmente, a una hora determinada se apagan las luces para no molestar, es entonces cuando podía ver el cielo en todo su explendor. Luna y estrellas hacen de protagonistas de los sueños, pareciendo que la noche no va a terminar y que estos, los sueños, tejidos por los hilos de las hadas que habitan en esas estrellas, se van a cumplir y que el príncipe se va a casar con la princesa y que van a ser felices por siempre jamás.(Imaginación no me falta)
Pues para mostraros la magia de la noche, observad de que manera convierte a una simple y anodina estatua de un señor en un lateral de un a parque en un sembrador de estrellas.
La luna la ilumina proyectando la silueta y aquellas manchas de la pared, sin sentido durante el día, se convierten en una estela de estrellas y este ¿principe?, siempre, cada noche, se deja ver con la complididad de todos aquellos que se asoman por allí y de los que por suerte hemos podido saber de su existencia y asombrarnos con tan maravillosa idea del escultor.
Esta estatua está en Kaunas, Lituania.
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