Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa

domingo, 18 de julio de 2010

El sembrador de estrellas.

No se puede decir que la noche no es mágica. A veces, cuando lo que llaman contaminación lumínica nos lo permite, me asomo a la terraza de mi casa y por el trocito que las elevadas paredes me permiten, puedo ver las estrellas y la luna. En alguna ocasión una estrella fugaz hace de pronto su aparición, para perderse rápidamente en busca de su destino y yo pido un deseo con la esperanza de que se me cumpla.
En las ocasiones en las que hemos estado en camping, en donde generalmente, a una hora determinada se apagan las luces para no molestar, es entonces cuando podía ver el cielo en todo su explendor. Luna y estrellas hacen de protagonistas de los sueños, pareciendo que la noche no va a terminar y que estos, los sueños, tejidos por los hilos de las hadas que habitan en esas estrellas, se van a cumplir y que el príncipe se va a casar con la princesa y que van a ser felices por siempre jamás.(Imaginación no me falta)
Pues para mostraros la magia de la noche, observad de que manera convierte a una simple y anodina estatua de un señor en un lateral de un a parque en un sembrador de estrellas.




La luna la ilumina proyectando la silueta y aquellas manchas de la pared, sin sentido durante el día, se convierten en una estela de estrellas y este ¿principe?, siempre, cada noche, se deja ver con la complididad de todos aquellos que se asoman por allí y de los que por suerte hemos podido saber de su existencia y asombrarnos con tan maravillosa idea del escultor.
Esta estatua está en Kaunas, Lituania.

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