Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa

sábado, 9 de enero de 2016

La magia de los Reyes Magos.

          

De cuando la distancia hace que la noche de Reyes sea menos mágica.
Este día de Reyes, marcada por la distancia de los niños (ya no tan niños), ha sido un poco menos mágica. He echado de menos la carta a los Magos de Oriente pidiéndoles la paz del mundo, la corona de princesas, la varita mágica para pintar sonrisas en los rostros tristes y también una lista prudente de deseos materiales que esperan a estas fechas para que los Reyes los traigan. Cartas colgadas con imanes del frigorífico desde principios de Navidad para que todos supiéramos nuestros deseos y no hubiera duda.
El día de Reyes como críos nos levantábamos temprano para comenzar a abrir los regalos. No teníamos costumbre de poner comida a los Magos, ellos sabían donde estaba el frigorífico, pero si nos dejaban siempre una carta explicando porqué y para qué nos dejaban esos regalos y porque otros no podía ser, una carta llena de cariño y encanto.
Este año no ha podido ser todo eso ya que los niños están en otros países porque el destino los ha llevado allí. Ha habido regalos de Reyes aunque en la distancia, pero nos ha faltado la carta, abrir los regalos todos juntos, leer la carta de Sus Majestades..., nos ha faltado estar todos juntos.
No es tristeza, es añoranza lo que me ha llevado a escribir esto. La magia de esta celebración mágica porque todos juntos hacíamos que así fuera.
En fin seguro que otro año podrá ser.

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