Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa

jueves, 1 de marzo de 2012

Mujer tenías que ser


Mi cuñado Eloy, que tiene la amabilidad de leer habitualmente estas pequeñas infamias, me hizo el otro día un reproche sobre mi último artículo. Era el titulado “El don de la obviedad” y en él yo argumentaba que lamentablemente cuando una mujer en un puesto relevante dice una tontería no es lo mismo que cuando la dice un hombre. Eloy sostiene que no, que igual que la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero, lo mismo ocurre con las memeces, las diga quien las diga. Como creo haberles comentado más de una vez, yo no me considero feminista, o al menos, lo que se entiende por tal. Aún así, creo que a las mujeres nos queda aún mucho por remar hasta que se solucionen algunas diferencias básicas entre ellos y nosotras. Por ejemplo esta: nadie juzga al género masculino por la conducta de un solo individuo y, sin embargo, no ocurre lo mismo si se trata de una mujer. Pongamos el caso más típico de todos, la forma de conducir. ¿A quién no se le ha escapado alguna vez un “mujer tenía que ser” al ver a una señora un tanto vacilante intentando aparcar sin éxito o torpeando de alguna manera? Lo mismo ocurre con el caso que enunciaba más arriba. En el mundo de los hombres, si un político suelta una soberana estupidez nadie dice “que imbéciles son los hombres”. Por la misma regla de tres, da igual, por ejemplo, lo vociferante que se ponga un entrenador de fútbol. Aunque chille como una cacatúa, a nadie se le ocurre decir que los hombres son todos unos histéricos o unas verduleras. Y, si no me creen, imagínense por un momento al señor Mou convertido en señora Mou... SEGUIR LEYENDO

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