Yo veo árboles verdes, rosas rojas también.
Las veo florecer para mi y para ti.
Y pienso para mi mismo ¡Qué mundo más maravilloso!
Veo cielos azules y nubes blancas
El brillo de un día bendito, la oscuridad de la noche sagrada
y pienso para mi mismo ¡Qué mundo más maravillo!
Por mucho que nos empeñemos en destruirlo el mundo sigue siendo maravilloso. ¡Saboreemoslo!
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