Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa

viernes, 17 de junio de 2011

Las pequeñas cosas

A veces creemos que tenemos una personalidad muy afianzada. Que a nuestra edad nada ni nadie nos puede influir, pero qué equivocados estamos. Nadie pasa por nuestro lado sin dejar huella, más o menos profunda, pero la deja, para bien o para mal. No nos damos cuenta, pero después de conocer a determinadas personas se nos abren los ojos a nuevos horizontes hacia existencias de las que no éramos conscientes o bien no nos habíamos interesado por ellas porque no habíamos recibido el estímulo necesario. Cada paso que damos va impregnado de nuevas vivencias. Incluso las cosas más sencillas que pueden pasar desapercibidas, las personas que un día al tropezar con nosotros nos miran y en su mirada vemos que existen, nos muestran una sonrisa llena de mensajes fácilmente interpretables si prestamos atención, mensajes tan simples como "respóndeme con otra sonrisa". Disfruta con esta canción del incombustible Serrat. Hagamos caso de las pequeñas cosas. Vivamos abiertos a los nuevos estímulos y saquemos provecho de ellos. Un besico de buenas noches.

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