Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa

domingo, 30 de enero de 2011

¡Juntos hasta la meta!


Hace algunos años, en los paraolímpicos infantiles de Seattle, nueve concursantes, todos con alguna discapacidad física o mental, se reunieron en la línea de salida para correr los 100 metros lisos.
Al sonido del disparo todos salieron, no exactamente como bólidos, pero con gran entusiasmo de participar en la carrera, llegar a la meta y ganar.
Todos, es decir, menos uno, que tropezó en el asfalto, dio dos maromas y empezó a llorar.
Los otros ocho oyeron al niño llorar, disminuyeron la velocidad y voltearon hacia atrás. Todos dieron la vuelta y regresaron, ... todos.
Una niña con síndrome de Down se agacho, le dio un beso en la herida y le dijo "Eso te lo va a curar". Entonces, los nueve se agarraron de la manos y juntos caminaron hasta la meta.
Todos en el estadio se pusieron de pie, las porras y aplausos duraron varios minutos. La gente que estuvo presente aun cuenta la historia.
A veces sólo hay que dejarlos. Los niños son capaces de ser más colaborativos, de ayudarse más entre ellos sin la intervención de los adultos. Nosotros inculcamos el afán de superación, a veces dejando cosas en el camino. Inculcamos la competencia, anulando valores necesarios pero que ahora no están de moda. No podemos olvidar que los niños son niños, y que si son como son es porque les hemos enseñado a ser así. ¡Bonito gesto el de estos concursantes !

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