Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa

miércoles, 20 de octubre de 2010

La maldad no tiene fronteras


En Delhi, India, cada 12 horas muere una mujer quemada por su marido. La rocía con queroseno y la prende como una antorcha. Después denuncia el hecho como un accidente o un suicidio. ¿El motivo? Que la dote ofrecida por los padres de la novia no se consideró suficiente. Así, matándola, puede ir a buscar otra mujer, con otra dote con la que sobrellevar unos cuantos años más su pobreza. Parece difícil de creer, y sin embargo no es mucho peor que el comportamiento que persiste en el resto del planeta. El problema del maltrato a la mujer no tiene fronteras culturales y está tan aceptado por la sociedad que a las víctimas no les ha quedado más remedio que resignarse.
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