Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa

martes, 17 de agosto de 2010

Bienvenidos, bien llegados.


Este lunes he ido a recoger a mis hijas al aeropuerto de Alicante. Preparé una pequeña pancarta con sus nombres al modo que lo hacen los de las agencias. Es algo que siempre me había hecho ilusión y por fin me he decido. Ellas alucinaban, han echado fotos y todo. Hemos pasado un buen rato.
Mientras esperába el vuelo de Londres, parada delante de la puerta por la que salen los pasajeros, me he dedicado a mirar y a ver a todo el que salía por ella. ¡Que variedad!
Hombres, mujeres, bajos, altos, grandes pequeños, delgados, gordos, gordísimos, con raftas, con melenas, pelos cortos, largos, con pendientes, con tatuajes, niños, jovencitas, heavys, una chica gótica, mayores, ancianos. Un celador (no sé cómo se llaman en argot de aeropuerto) saca a una anciana en una silla de ruedas, y la entrega a su familia. Más tarde otra celadora hace lo mismo con dos niñas.
Una señora francesa pregunta a su marido por la maleta y el marido como distraído cuenta y no se percata de la falta. La mujer lo mira que lo traspasa y corre hasta la cinta del equipaje para recogerla. Al poco aparece con ella. El pobre hombre se ha librado de una buena.
Se observan las caras, se ve la ilusión de los que llegan, el cansancio de los que vuelven. La esperanza en la mirada buscando a ese ser más o menos querido que ha venido a recibirlos. La indiferencia en otros muchos al saber que no los espera nadie.
Una señora acompañada de su marido(supongo) ha empezado a gritar con voz aguda cuando ha visto a sus familares. En un principio creía que le había pasado algo, más tarde a la vista de los besuqueos he visto que no era así y sí que era posible que hiciera mucho tiempo que los viera.
Junto a mí, un niño no para de preguntar a su padre ¿y mamá, cuando llega? Enseguida, le contestaba su padre. Por lo menos 5 veces ha oído la misma pregunta y la misma respuesta. Hasta que por fin ha salido la madre y casi saltando la barrera, ha apechugado al crío y después un beso apretado en el morrete al marido.
¡En fin cosas de aeropuertos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario