Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa

sábado, 26 de junio de 2010

Música, amor, vida.



Es cierto que la música tiene algo de incomprensible. Surge, te envuelve, te acompaña, te hace recordar, te hace olvidar. Una vida sin música es una vida sin magia. La música es el arte de las musas,capaces de inspirar toda clase de poesía, así como de narrar a un tiempo el presente, el pasado e incluso el futuro, dadas sus virtudes proféticas Se desvincula apasionadamente de lo material para convertirse en algo aéreo, inexistente hasta que no se produce y gestor de los sentimientos más profundos . Si unimos la música a la fantasía, podemos realizar creaciones de una belleza extraordinaria. Hay quien dice que la música es como el primer amor, se lleva siempre en el corazón, te asalta, te conquista, no entiende de edades, razas, sexo, nacionalidades… Si bien la música "mueve los afectos", el amor hace exactamente lo mismo. Por ello, tanto el amor como la música pueden tener en nosotros un mismo efecto. Todos tenemos una “banda sonora” de la película de nuestra vida. Canciones, melodías, que nos marcaron y que siguen ahí, en un rinconcito de nuestros cerebros y de nuestras almas.
Nuestros sentimientos más poderosos, la alegría, la pena, el amor, el dolor…, los expresamos cantando, produciendo sonidos con nuestras manos, con nuestros pies, con nuestras bocas, con nuestros cuerpos… Gracias a ella recordamos momentos mágicos que a veces los creíamos olvidados. He aquí un poema en el que se mezcla la música, el amor y la poesía:
A TI
Quiero cantar con la voz del Alma
el himno del amor eterno,
quiero abrazar con mi cuerpo de luna
el templo de oro de tu alma tranquila.
Quiero sentir tu presencia huidiza,
sumergiéndome en la Luz de tus caminos,
volar con el ritmo del viento
hacia las alturas del amor,
y entregarme a ti para siempre
en el éxtasis de nuestra unión secreta.
Quiero elevarme contigo más allá de las cumbres terrenales
hasta el reino de la paz y de la armonía,
donde nuestra dicha no pueda ser perturbada jamás,
unidos por siempre en Amor inmortal. Renato Alejandro Huerta, Poeta y Filósofo chileno.

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