Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa

martes, 24 de agosto de 2010

Cuestión de miradores



No soy capaz de estar leyendo un sólo libro, siempre llevo por lo menos dos "en danza". Como por casualidad cae en mis manos "Déjame que te cuente" de Jorge Bucay. Son una serie de cuentos, como él los llama, con enseñanza.
Relato aquí el de "LA GALLINA Y LOS PATITOS"
Había una vez una pata que había puesto cuatro huevos. Mientras los empollaba, un zorro atacó el nido y la mató. Por alguna razón no llegó a comerse los huevos antes de huir, pero estos quedaron abandonados en el nido. Una gallina clueca que pasaba por allí, encontró el nido sin cuidados y el instinto maternal le hizo sentarse sobre los huevos para empollarlos.
Poco después nacieron los patitos y, como era lógico, tomaron a la gallina como su madre y caminaron en fila tras ella. La gallina contenta con su nueva cría, los llevó a la granja. Todas las mañanas después del canto del gallo, mamá gallina rascaba el piso y los patos se esforzaban por imitarla. Cuando los patitos no conseguían arrancar de la tierra un mísero gusano, la mamá sacaba para todos sus polluelos, partía cada lombriz en pedazos y alimentaba a sus hijos en sus propios picos.
Un día la gallina salió a pasear con su nidada por los alrededores de la granja. Sus pollitos la seguían en fila pero de pronto, al llegar al lago, los patitos de un salto se zambulleron con naturalidad en la laguna, mientras la gallina cacareaba desesperada pidiendo que salieran del agua. Los patitos nadaban alegres chapoteando y su mamá saltaba llorando temiendo que se ahogaran.

El gallo apareció por los gritos de la madre y se percató de la situación.
-No se puede confiar en los jóvenes -fue su sentencia- son unos imprudentes. Uno de los patitos escuchó al gallo, se acercó a la orilla y le dijo:
- No nos culpen a nosotros de sus propias limitaciones.
Termina así el cuento:
No pienses que la gallina estaba equivocada. No juzgues al gallo. No creas a los patos prepotentes y desafiantes. Ninguno de estos personajes está equivocado, lo que sucede es que ven la realidad desde miradores distintos. El único error, casi siempre, es creer que el mirador en el que cada una está, es el único desde el que se divisa la verdad.
El sordo siempre cree que los que danzan están locos.

2 comentarios:

  1. Hola Trini: buscando una imagen para un relato en mi blog, he visto su cuento "la gallina y sus pollitos" es una preciosidad. Gracias por compartir su tiempo escribiendo cosas bonitas para sus seguidores (ya lo soy)y visitantes. Un gran saludo.
    ANTONIA

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  2. Trini.27.8.10

    Gracias Antonia. Espero que disfrutes paseando por aquí. Un besico.

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